lunes, 23 de agosto de 2010

enfermedades causadas por insectos

AL CAER LA NOCHE en cierto país latinoamericano, una madre arropa con ternura a su hijo pequeño y le desea felices sueños. Pero en la oscuridad, una vinchuca negra y reluciente de casi tres centímetros de largo cae de una grieta del techo sobre la cama. La chinche se desliza por el rostro del niño dormido y, de forma casi imperceptible, perfora con el pico su tersa piel. Mientras se atiborra de sangre, deposita su excremento, cargado de parásitos. Sin despertarse, el niño se rasca la cara y restriega por la herida las heces infectadas.
Vinchuca
La vinchuca
Como consecuencia de este encuentro, el pequeño contrae el mal de Chagas. Al cabo de una o dos semanas, le sube mucho la fiebre y su cuerpo se inflama. Si sobrevive, los parásitos anidarán en él y le invadirán el corazón, el sistema nervioso y los tejidos internos. Tal vez no presente ningún síntoma durante diez o veinte años, pero en algún momento quizá sufra lesiones en el tracto digestivo, infección cerebral y una insuficiencia cardíaca que le provoque la muerte.
Aunque este relato es ficticio, describe de forma realista cómo puede contraerse el mal de Chagas. En Latinoamérica, millones de personas corren el peligro de recibir el beso letal de la vinchuca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario